martes, 5 de junio de 2007

SI

Si logras conservar intacta tu firmeza
cuando todos vacilan y tachan tu entereza.
Si a pesar de esas dudas mantienes tus creencias
sin que te debiliten extrañas sugerencias.
Si puedes esperar inmune a la fatiga y
fiel a la verdad y reacio a la mentira.
Si el odio de los otros te deja indeerente
sin creerte por ello muy sabio o muy valiente.
Si sueñas, sin por ello rendirte ante el ensueño.
Si piensas, más de tu pensamiento sigues dueño.
Si triunfos o desastres no menguan tus ardores y
por igual los tratas como dos impostores.
Si soportas oír o tu verdad deformada para trampas de
necios usada por malvados,
y mirar hechos trizas el ideal de tu vida y
con gastados útiles recomenzar de nuevo.
Si el total de victorias conquistadas arriesgar puedes
en audaz jugada y aún perdiendo, sin quejas ni tristezas
con nuevos bríos reiniciar puedes tu empresa...
Si entregado a la lucha con nervio y corazón aún
desfallecido, persistes en la acción y extraes energías,
cansado y vacilante de heroica voluntad
que ordena: ¡adelante!
Si hasta el pueblo te acercas sin perder tus virtudes o
con reyes alternas sin cambiar actitudes.
Si no logran turbarte ni amigos ni enemigos pero en
justa medida contar pueden contigo.
Si alcanzas a llenar al minuto sereno con sesenta
segundos de un esfuerzo supremo
lo que existe en el mundo, en tus manos tendrás y
además hijo mío ¿un hombre serás!

Rudyard Kipling

EDUCAR

No educas cuando impones conductas, sino cuando propones valores que motivan.
No educas cuando impones caminos, sino cuando enseñas a caminar.
No educas cuando impones el sometimiento, sino cuando despiertas el coraje de ser libres.
No educas cuando impones tus ideas, sino cuando fomentas la capacidad de pensar por cuenta propia.
No educas cuando impones el terror que aísla, sino cuando liberas el amor que acerca y comunica.
No educas cuando impones tu autoridad, sino cuando cultivas la autonomía del otro.
No educas cuando impones la verdad, sino cuando enseñas a buscarla honestamente.
No educas cuando impones disciplina, sino cuando formas personas responsables.
No educas cuando impones el respeto, sino cuando lo ganas con tu autoridad de persona respetable.